martes, 6 de abril de 2010

1001 y 1

Nada basta en lo insoluble

Ni una palabra explica lo insondable

Tropieza con el centro en cualquier lado

El vacio sólo permite extendernos
como brizna de cálidos vientos

No hay lugar para el desprecio

Arroja el tiempo aunque le pongan precio

Ego de vidas pasadas
Las huellas son pesadas
y se hunden en estruendos

De cada callo nace primaveral
el fruto de la verdad

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