miércoles, 22 de diciembre de 2010

Meteoros citadinos I

(Todos los hechos son verídicos)


Un romance encarnizado. Se balancea sobre él. Lo abraza. Lo huele, tal vez, sin darse cuenta. Acerca su boca hasta rosarlo. No importa que sean un hombre y un tubo. Lo aprieta metàlico. Se balancea sin saber que tiene herpes.


Una feroz lucha se desata. Un brazo y un culo compiten por un tubo. El codo entre las nalgas mientras el tubo se sonroja por su caracterización de cuadrilátero helénico. Finalmente un gas se escapa. El culo resulta vencedor luego de tres estaciones, de Guerrero a Balderas.


México, D.F., 21 de diciembre.- Alrededor de las 7:10 pm del día de ayer un estruendo sacudió la entrada de la estación del metro Garibaldi. Al voltear me percaté de un tipo con una pistola que apuntaba a otro. Dos señoras vestidas de rojo y rosa corrieron gritando desesperación. Tomé su ejemplo cinético y me alejé de la circunstancia. En los torniquetes la situación era normal. Alarmado y con la voz entrecortada avisé al policía en turno. Hoy al pasar por mismo sitio sólo había un rastro de sangre.


Una enfermedad salvaje ha atacado los recovecos más intestinales de Jorgito. Se levanta de su asiento y cual fuente putrefacta arroja cuantiosas raciones de vómito. Un tipo que recién comió carnitas sigue su ejemplo. Los pasajeros de las siguientes dos horas los recordaran aunque su rostro sea una fantasía emética.


Un tipo espera ansioso al metro. La gente se arremolina. De repente, desconocida junto a él,  su esposa futura, el divorcio venidero.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Entre tabacos y café

CIUDAD DE MÉXICO- Con la escusa del tiempo uno que otro se detiene, uno más se adelanta. ¿Correr para ver entre silencios rojos los granos de polen que una vez más dan besitos a los pistilos rollizos? NO. En la carrera del tiempo nadie gana. Si acaso el cacique ganará toneladas de oro que alquímicamente se vuelve mierda, plástico.

Sociedades imaginarias compiten y se sacrifican a favor de un individualismo sintético. Sus piernas de plástico, su piel de látex, la peluca de algún polímero, los ojos empastados, las uñas de petróleo, la ropa de nylon, el alma desechable. La vida entre plástico suave y terso. Un condón, un billete de veinte baros, la envoltura de los tabacos.

Ponte tus zapatos de plásticos y patina por el chapopote inmaculado. Ponte un impermeable que te aísle de la lluvia. Compra un dulce, un vibrador gigante, una muñeca apretadita. ¿Cuántas veces al día tocas el plástico, cuántas un árbol?