sábado, 16 de octubre de 2010

Ven



 Préstame tu culito
 deja que lo folle
 que lo lama un rato
 que lo frote hasta que se chapee

 Unas lamiditas en el ano
 unas folladitas
 meterte la puntita
 Meter un trecho y sacar entre lo estrecho

 Tal vez un beso,
 lamidas
 y otras lamidas

Acarició tus glúteos
 y los senos siendo apretados
 y un pezón succionado
mientras que el otro entre los dientes

Te muerdo el culo
 y mis tentáculos cubriendo tus nalgas y tus senos
 y soy un pulpo con trescientos apéndices, cien cabezas y mil lenguas.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Escozor

Como gatos, los histriónicos solares erizamos nuestra piel nocturna. 

Las columnas que se creen cimientos ya no pueden con el techo. Son viejos, se creen sabios y no construyen más que el refrito más grisáceo de la imaginación. Mientras tanto hemos dejado atrás el punto final de la construcción. De hecho dejamos siempre la obra incompleta, sin techo que tape el cielo.

Las palabras de los genios se escuchan entre cinco y diez minutos, unas seis veces, en un buen día. No todos los días el hombre se viene genio.  La mayoría de los “grandes” no son más que mitos. Su peor condena es ni ser genios ni sabios ni esclavos ni poetas ni dioses ni guías ni miedo ni siquiera nada. Puro intelecto, puro chiste ya contado. Las anécdotas clásicas , puro círculo bien cerrado. Pura pena y la admiración de las columnas y sus techos de mármol. 

El único temor es que el tiempo arranque la piel de gato y me cubra con cemento.