lunes, 17 de mayo de 2010

Polvo

Una piedrita es pateada. Luego otra piedrita es arrastrada por la lluvia. Después se encuentran, chocan y se contemplan serenas. Pasa un mes y siguen ahí. Un niño patea una de las piedritas separándolas eternamente. La piedrita remanente permanece un rato sorprendida. No sabe que será triturada por el bastón de un anciano, tampoco que la lluvia se llevará el polvo.

2 comentarios: